La crisis del HLB, una oportunidad para crear la nueva citricultura en Venezuela

Luis López-Méndez, Director FUSAGRI, lopezmendez@fusagri.com

Las pocas siembras de cítricas que se mantienen se localizan en las áreas de mayor altitud, mientras que en los valles bajos está casi desaparecida.

La agricultura y la agroindustria venezolana, componentes esenciales de la producción de alimentos, han podido demostrar su resiliencia y capacidad de reaccionar a los estímulos derivados de la dolarización de la economía y la liberación de precios, sin embargo en ese “despegue agrícola” no se ha podido incorporar el sector citrícola, debido a los severos daños causados por la enfermedad HLB a las plantaciones ubicadas principalmente en Yaracuy y Carabobo, donde también tienen asiento las más importantes industrias procesadoras. Estos estados aportaban un poco más de un tercio (37,2 %), de la producción nacional de naranjas, limones y mandarinas, y ocupaban el 40,2 % de la superficie cosechada, distribuidas en dos grandes zonas agroecológicas: Valles Bajos de Aroa-Yaracuy y Valles Altos de Carabobo y Yaracuy.

EL PROBLEMA

La enfermedad de los cítricos “Huanglongbing” (HLB), también conocida como enverdecimiento (greening), causada por la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus (CLas), y transmitida por el psílido asiático de los cítricos o dragón amarillo (Diaphorina citri), es el problema fitosanitario más grave en el país. Fue detectada en 2017, aunque los síntomas tempranos característicos asociados a la enfermedad, tales como brotes amarillos fueron notificados por productores en varias regiones citrícolas desde el año 2016 (Marys et al. 2020, https://doi.org/fn7j).

La ausencia de estadísticas oficiales actualizadas impiden conocer la realidad existente de la citricultura nacional, y del impacto que el HLB ha causado, por ejemplo, en la contracción de las actividades económicas regionales, sin embargo, son numerosas las denuncias realizadas por las organizaciones de productores de pérdidas considerables de árboles en las zonas de citrícolas, y en consecuencia, la muy disminuida oferta, tanto en volumen como en calidad, de estas frutas que están entre las preferidas para el consumo fresco y elaboración de jugos , al mismo tiempo que son altamente recomendables en el periodo post pandemia COVID-19. Ya es muy común observar limones y naranjas importadas en los supermercados.

Por otro lado, se puede apreciar que en distintas zonas, algunos productores tradicionales ya han sustituido sus plantaciones con cacao, o lo que es más grave aún, por cultivos anuales o pastizales con la consiguiente degradación de suelos y el impacto negativo en el balance de los recursos hídricos, particularmente en Valles Altos de Carabobo y Yaracuy, región que pertenece a la cuenca alta de los ríos Pao y Cojedes. La citricultura que se mantiene se localiza en las áreas de mayor altitud, mientras que en los valles bajos está casi desaparecida.

OPORTUNIDADES Y SOLUCIONES

Esta crisis puede ser aprovechada como una oportunidad para crear una nueva citricultura, que logre integrar la seguridad alimentaria y el mejoramiento de la calidad de las frutas, así como explorar eventuales mercados de exportación, en un marco ambientalmente sostenible y de desarrollo económico territorial. Con ese propósito se hicieron contactos con actores activos y destacados de la cadena de cítricos, y posteriormente se conformó un equipo de trabajo. Luego se procedió a revisar y actualizar el “Programa para establecer referenciales tecnológicos para el manejo del complejo Huang Long Bing y su vector Diaphorina citri en cultivos de cítricos de Venezuela (2019), teniendo como fundamento tanto las lecciones aprendidas como las experiencias de México, Brasil y Argentina, en cuanto a control y erradicación de HLB, recogidas con la realización del 4to Seminario de los Encuentros Virtuales IICA-FUSAGRI en abril 2022 (https://www.fusagri.com/bioeconomia-post/seminario-4/).

Posteriormente, en agosto 2022, se llevó a cabo un taller con la asistencia de destacados especialistas en el área de investigación/transferencia del sector citrícola nacional, con el objetivo identificar acciones para la construcción de una propuesta consensuada teniendo en cuenta que en las circunstancias actuales, plantear el rescate de la citricultura, a través de un esfuerzo ambicioso en cuanto a cobertura geográfica pareciera no ser factible, por lo que más bien deberíamos pensar en experiencias piloto, adelantadas en localidades representativas donde existiesen condiciones organizacionales favorables para desarrollar un proyecto de Manejo Integral Regional (MIR) del HLB, lo que conduciría a establecer una estrategia regional de manejo, tanto de la enfermedad como del vector, que incluya el uso de plantas sanas, libres de la bacteria, y la eliminación de plantas enfermas. Esta experiencia podría servir de modelo para aplicarlo en otras regiones.

Como marco de acción se establecieron las siguientes premisas técnicas para el MIR del HLB:

  1. El futuro de la citricultura nacional pasa por conocer, convivir y controlar al HLB y su vector.

  2. Para proponer soluciones factibles a este problema, como por ejemplo las Áreas de Manejo Epidemiológico Fitosanitario (AMEFI’s) utilizadas en México, se requiere de información, metodológica y sistemáticamente recolectada y analizada, así como el posicionamiento del citricultor en el centro del eje para el manejo exitoso de la enfermedad HLB y su insecto vector, independientemente del tamaño de las fincas.

  3. Es absolutamente necesaria la “socialización” del conocimiento derivado de las investigaciones y experiencias obtenidas en el manejo integrado del HLB y su vector.

Considerando el bajo nivel de integración de los actores de la cadena de cítricos, y por lo tanto la débil coordinación de acciones para enfrentar este problema, se requiere el fortalecimiento de la gobernanza de la misma, que pasa por la incorporación a cualquier plan de acción que lograse implementarse, tanto a los productores como a la industria procesadora, y que este involucramiento debe ser desde el inicio mismo de la formulación de lo que se quiere hacer.

Es igualmente ineludible el establecimiento de una política oficial, categórica y precisa, para la recuperación de la citricultura en el país, en la que se establezcan las especies y variedades a fomentar, tomando en cuenta la demanda nacional, la oferta internacional y las capacidades locales para incidir en ellas con capacidad competitiva. Además, la normativa establecida para contener el HLB se demuestra desactualizada, no se corresponde con las necesidades de regulación demandadas y es totalmente incumplida en cuanto a la movilización de materiales a nivel nacional. El contrabando de plantas provenientes de Colombia, supuestamente libres de la enfermedad, es un hecho que lejos de aliviar el problema más bien lo está acentuando.

La reproducción de plantas sanas y condiciones para que permanezcan así una vez llevadas a campo, seguirán siendo parte de cualquier iniciativa futura, la cual deberá ser oficialmente supervisada técnicamente. En este sentido es importante destacar que gracias a esfuerzos privados, a partir de 2023 estarán disponibles plantas sanas y libres de la enfermedad, como paso inicial para la recuperación de las siembras de cítricas, pero que en ningún caso serán suficientes inmediatamente para cubrir las necesidades y posibilidades de reemplazo de plantaciones o la fundación de nuevas explotaciones. Sin embargo, aunque la importación de material vegetal tolerante a la enfermedad ha estado asesorada por especialistas nacionales, los patrones y copas no han sido sometidos a evaluaciones, bajo condiciones locales, lo cual crea una incógnita sobre el comportamiento productivo de estas plantas nuevas.

Finalmente los participantes acordaron que siendo HLB un problema mundial que afecta a la citricultura en buena parte del planeta, hay que estar pendiente de los desarrollos tecnológicos que se están gestando en el ámbito internacional, de manera de poder incorporarlos a nuestras realidades en la medida de lo posible y que esto también requerirá fortalecimiento de capacidades locales, convenientemente vinculado intra e interinstitucionalmente. En tal sentido, y como acciones previstas, se realizaran encuentros con expertos en HLB de instituciones regionales (México, Argentina y Colombia) en procura de cooperación técnico-financiera para adaptación local de tecnologías de MIR, particularmente en relación a sistemas de monitoreo del insecto vector.

Desarrollo Sostenible de la Agricultura y del Medio Rural Venezolano

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